Accidente de trabajo, indemnización por pérdida de un brazo

Sufrir un accidente de trabajo es un suceso muy doloroso para cualquier tipo de empleado. Si la triste consecuencia de este accidente es la amputación de un brazo deberá conocer sus derechos para que la indemnización sea exactamente la que dicta la ley y no otra. Conozca los detalles del proceso a seguir leyendo los siguientes apartados redactados de forma clara y concisa.

¿Qué ocurre tras el accidente?

Si ha tenido la mala suerte de sufrir la antedicha consecuencia ha de saber que todo el peso de la ley caerá sobre su empresa. En primer lugar porque cuando se produce este tipo de consecuencias el proceso se pone en marcha casi de forma automática. Tras haber pasado por el hospital y tener el parte médico correspondiente, la inspección de trabajo actuará de oficio.  Es importante mencionar que también la policía se personará en el lugar del accidente para evaluar la situación del mismo, los motivos y emitir así un atestado que permita agilizar la investigación.Cuando se produce esta triste circunstancia resulta mucho más sencillo demostrar que la falta de medidas de seguridad es la culpable, salvo en contadas circunstancias, del suceso. Tras comprobarse el estado del área de trabajo donde se ha producido el accidente comenzará el proceso de reclamación de una indemnización.

¿Necesito un abogado?

Sí. A pesar de que la inspección de trabajo emita un informe desfavorable para su empresa, ésta intentará, por todos los medios posibles, no pagar los trescientos mil euros que le pertenecen si el accidente se ha producido por culpa de la falta de medidas de seguridad. Será el momento de presentar pruebas, testimonios y demás conatos de acuerdo antes de llegar al jugado de lo social. Solo un abogado podrá evitar que sus derechos se vean vulnerados y que usted, y él, cobren la cantidad estipulada por la ley.

¿Cómo se calcula la indemnización?
El baremo que se utiliza desde 2016 estipula la pérdida del brazo en cien mil euros. A la misma hay que añadirle daños psiquiátricos y psicológicos. La cifra final ronda los trescientos mil euros añadiendo la indemnización que deberá pagar la aseguradora de la empresa que le ha contratado. Igualmente, también podrá pedir, lógicamente, una indemnización por invalidez permanente que conlleva una pensión vitalicia.

¿Resulta sencillo cobrar esta indemnización?

Si cuenta con un profesional del derecho sí. Será el que evitará que su empresa, y la aseguradora de la misma, le intenten seducir con cantos de sirena destinados a pagarle lo mínimo posible y a seguir perpetuando la negligencia y la vulneración de los derechos de los trabajadores.

Un abogado le comentará, desde el primer momento, que no tendrá que pagar las costas de juicio alguno porque estos casos se resuelven por lo social. Lo que sí especificará será el porcentaje de la indemnización que se quedará por haber logrado que usted cobre.

 

Este profesional entenderá a la perfección la situación por la que está pasando y no permitirá que sus derechos, y los de otros trabajadores que puedan pasar por tan triste situación, se vean vulnerados.

Resumiendo:

-Tras el accidente se personará en el lugar la policía y la inspección de trabajo para emitir sendos informes sobre lo sucedido.

-El médico en el hospital redactará un parte médico en el que comente cómo llegó usted al hospital, qué pudo producir esa herida y por qué se ha decidido a amputarle el brazo.

-La empresa  y  la aseguradora tendrán que afrontar los cargos que se le imputen. En todos los casos intentarán pagar lo menos posible y llegar a un acuerdo. No pique el anzuelo y llegue hasta las últimas consecuencias para cobrar las dos indemnizaciones que le corresponden.

-En la Seguridad Social tendrá que presentar la documentación correspondiente para solicitar su pensión de invalidez permanente.

-Para todo el proceso anterior se le aconseja contar con el trabajo de un abogado que le ayude a conseguir su objetivo.

Deseamos haberle aclarado los puntos más importantes de la reclamación por un accidente laboral tan grave como el que conlleva la pérdida de un brazo por culpa de la negligencia de su empresa o por la falta de medidas de seguridad de la misma.